Tsunami: una desgracia que no cesa

Son tremendas las consecuencias de un tsunami tan devastador como el que ha sucedido en Asia. Me aterra pensar que los miles de millones de dólares gastados en I+D+i, sistemas de supervisión por satélite, boyas flotantes en los océanos,... no hayan servido para nada. De nada sirven las justificaciones de Estados Unidos diciendo que "el segundo mensaje, en el que decíamos que existía la posibilidad de un tsunami, nunca llegó". Que si cinco mil kilómetros es mucha distancia para poder predecir un tsunami con exactitud, que si era otro Océano y en el Índico no suele ocurrir,... Estados Unidos sólo piensa en su propio beneficio, sobre todo desde que G.W. Bush está en el poder. La política exterior de Bush es un desastre, sobre todo si se observa desde fuera. Pienso que, a diferencia de Reagan y Bush padre, para Bush hijo el poder siempre le ha quedado grande. Una falta de tacto y, sobre todo de empatía, en el sentido de ponerse en el lugar de los demás, que enfrenta a Estados Unidos (perdón, la Administración Bush, véase www.sorryeverybody.com) no sólo con Europa (ya lo está tras la Guerra de Iraq) sino también con Asia, sobre todo tras su nefasta actuación tras este tsunami. Japón lo ha visto muy claro y ha actuado en consecuencia: con generosidad al ser el máximo donante internacional. En el Oceáno Indico - dicen- no había ninguna central de detección de tsunamis "porque era muy caro". Vista la denigrante reacción de Estados Unidos con este tema, Australia ha dicho que montará uno por su cuenta. Si Asia no tiene dinero para hacerlo ¿por qué no lo hace la comunidad internacional a través de un centro, por ejemplo, gestionado a través de Naciones Unidas y financiado por el Banco Mundial o por el Banco Asiático de Desarrollo?. Miles y miles de vidas lo agradecerán y, según pienso, Estados Unidos tiene una oportunidad de oro, y quizás única, para recuperar su imagen en toda la región. Espero que reaccione ahora rápidamente, antes de que sea demasiado tarde.

Saludos,